Hay una expresión que he oído —más bien, leído— de vez en cuando, más o menos poética o arcaizante, que pretende significar ‘acariciarse, peinarse o juguetear con los cabellos, las barbas, etc.’, pero que se emplea de forma impropia, como vamos a ver. Podemos decir que la expresión ha quedado lexicalizada en las colocaciones «mesarse los cabellos» o «mesarse la barba» (fuera de estas dos frases es raro encontrarse con este verbo, llegando a convertirse en parte de estas colocaciones).
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Significado de «mesar»
Echando un vistazo al DLE, ya salimos fulminantemente de la duda:
Del lat. vulg. messāre, der. de metĕre ‘segar, cercenar’.
1. tr. Arrancar el cabello o la barba con las manos, o tirar con fuerza de ellos. U. m. c. prnl.
Aunque muy antiguamente tenía un uso más general, el propio diccionario da a entender que el verbo «mesarse» hoy en día se emplea exclusivamente para los cabellos y la barba. Fijándonos un poco, además, queda claro que tenemos la misma raíz que el sustantivo «mies» (del latín messis) en su significado de ‘segar’.
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El verbo «mesar» a lo largo de la literatura
Vamos a ver varios pasajes de la literatura que nos confirmarán el significado por el propio contexto. Comenzaremos con un par de pasajes de la traducción del año 1251 de Calila e Dimna:
Et después entró, et falló al niño bivo et sano et al culebro muerto et despedaçado, et entendió que lo avía muerto el can. Començóse a mesar, et a llorar, et a carpirse, et a dezir: —¡Mandase Dios que este niño non fuese nasçido, et yo non oviese fecho este pecado et esta traiçión!
Et fuéronse al lugar do los pusieran, et cavaron et non los fallaron. Et començóse el falso a mesar et a ferir a sus pechos, et dezir: —Non se fíe omne en ninguno.
Un fragmento del Cuento muy fermoso de Otas de Roma, de principios del siglo XIV:
E veýa alos grandes omes dela tierra carpir sus fazes e mesar sus barvas. E ante las andas traýan el buen cavallo Bondifer. Entonçe entendió el su mortal dapño e el su pesar.
Por último, un fragmento de la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, de 1575:
[…] pocos días habían le habían traído nuevas de que el adelantado, su marido, le habían muerto […], y como le trajeron tan tristes nuevas, ella se mesó los cabellos y lloró mucho y se rasguñó su cara y por más sentimiento mandó que todas las paredes de su casa se parasen negras con una tinta y betún negro.
Significado más actual
Como vemos, lo de mesarse la barba o los cabellos es sinónimo de arrancárselos a causa de la furia o la tristeza.
En cambio, en autores del siglo XX parece que ya se divide el uso entre el correcto y el incorrecto, como parece este de Cela en Judíos, moros y cristianos:
La dama de luto rompió a llorar. El vagabundo, que se sintió poderoso como un patriarca, se mesó la barba sin dirigirle una sola e inoportuna palabra de consuelo.
No se mese los cabellos: atúseselos
Si queremos emplear una expresión similar y que realmente signifique ‘acariciarse, peinarse o juguetear con los cabellos’, deberíamos utilizar más bien el verbo «atusarse», que, si bien etimológicamente también está emparentado con la acción de cortar, ha desarrollado asimismo ese otro significado, tal y como indica el DLE:
3. tr. Alisar el pelo, especialmente pasando por él la mano o el peine mojados.
4. prnl. Componerse o adornarse con demasiada afectación y prolijidad.
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