Hoy se me habrá de permitir que me meta en camisa, si no de once varas, sí al menos de media docena, pues no soy en absoluto especialista en traducción, interpretación o doblaje. Daré mi opinión sobre la influencia del doblaje y la publicidad en el español.
Contenidos del artículo
¿Por qué hay expresiones y palabras artificiales en las películas y series dobladas al español?
El otro día, a través de esta página de Facebook, llegué a este breve vídeo. Por si hay problemas para reproducirlo fuera de España, lo resumo: en el doblaje de películas, series, etc., se usan expresiones artificiales que nadie nunca jamás emplea en la vida real, como «qué mosca te ha picado» o el sustantivo interjeccionado «¡demonios!». Como apuntan varios lectores, algunas de estas expresiones no es que sean artificiales per se, pero sí que son verdaderos arcaísmos.
Un poco de fonética articulatoria
Esto, justifican los expertos en doblaje, es porque hay que sincronizar lo que se dice en español con los labios de los actores cuando pronuncian sus frases en inglés.
Por ejemplo, el asunto más peliagudo son las consonantes oclusivas bilabiales, es decir, /p, b, m/. Como el propio nombre indica, estas consonantes se pronuncian juntando los dos labios y separándolos a continuación, resultando en un gesto fácil de identificar visualmente. Al grupo de las tres bilabiales tendríamos que añadir alguna /ɹ/ inglesa y la semiconsonante /w/, que también se pronuncian con un redondeamiento más o menos pronunciado de los labios, aunque sin llegar a tocarse.
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Entonces, si un actor pronuncia what’s wrong with you? [wɑts ˈɹɔŋ wɪð jə] (que significa, literalmente, ‘¿qué hay de malo contigo?’, y podríamos traducir de forma más natural como «¿qué pasa contigo?»), hará un gesto muy visual de unión de los labios en los sonidos que he subrayado. En el doblaje al español, para que se mantenga ese mismo patrón de redondeamiento de labios, se adopta una traducción rescatada de ultratumba: «¿qué mosca te ha picado?» [ˈke ˈmoska te a piˈkaðo].
Por cierto, que, creo, mi traducción también encaja, más o menos, si tenemos en cuenta que /o/ es una vocal bastante redondeada también:
(1) [wɑts ˈɹɔŋ wɪð jə]
(2) [ˈke ˈmoska te a piˈkaðo]
(3) [ˈke ˈpasa konˈtiɣo]
¿Están justificadas estas traducciones artificiales?
En cualquier caso se ha salvado el escollo: la traducción es artificial, pero al menos se ha mantenido más o menos bien el patrón de los labios. Ahora bien, ¿es justificable traducir tan asín por semejante sutileza?
¿Realmente están tan pendientes los espectadores de la sincronización labial?
¿Debe esta predominar sobre el lenguaje?
Desde mi punto de vista de humildísimo filólogo e ignorantísimo del tema, no. Pero yo no doblo películas.
Escena de Pulp Fiction
En la escena de este vídeo tenemos un caso en el que, esta vez sí, justifico prácticamente cualquier traducción con tal de mantener la sincronización. En el doblaje de España, según recuerdo, se resolvió la situación con algo como
(4) lo que tardas en bebértela
En esa traducción se ha perdido la fuerza de la imagen de la frase inglesa, two shakes of a lamb’s tail, literalmente ‘dos sacudidas de cola de un cordero’. Pero si lo único que ve el espectador es un par de labios, cualquier cosa se justifica por la sincronización.
Otra cosa que no se puede justificar es la auténtica destrucción de escenas, como —en mi opinión— es el caso de la más famosa de El sexto sentido: no es lo mismo decir I see dead people que «en ocasiones veo muertos», porque la frase inglesa implica que el niño tiene la capacidad de ver a los muertos, mientras que la española parece que diga que, de vez en cuando, al niño se le va la cabeza y ve cosas.
Cuando la lengua del doblaje entra en la real
Tampoco veo fácilmente justificable el omnipresente «jodido» o «jodidamente» que ya en su momento censuramos un poquito, ya que, yo al menos, no veo el patrón que hay que mantener entre fucking y «jodido».
Curiosamente, mientras que lo de «¿qué mosca te ha picado?» (u otras frases aún más risibles como «¡que me aspen!») no suele salir, afortunadamente, de las pantallas, ni parece que nunca vaya a salir de ellas, algunas de estas expresiones nacidas del idioma del doblaje están impregnando el español real, y una de ellas es, precisamente, «jodido» en posición atributiva. Por ejemplo, tengo un amigo que escribe sus cosas y emplea con frecuencia «jodido» y «jodidamente», sin duda por influencia de los doblajes y las (malas) traducciones de novelas de Bukowski.
También la publicidad influye en la lengua
Y como yo he venido aquí a hablar de mi libro, no me resisto a incluir algo que pilla de pasada, y es que la lengua no solo la crean los hablantes y la intentan más o menos moderar las autoridades, sino que también recibe influencias —como hemos visto— del cine, de alguna frase (des)afortunada como la de Paco Umbral e incluso de la publicidad:
Añejo anuncio de Scattergories
Hasta donde yo sé, provienen de este anuncio aquellas frasecillas que se usan con cierta frecuencia en España: «aceptamos barco» y «aceptamos pulpo» para referirnos a que se acepta algo que es realmente inaceptable, solo por evitar un mal mayor o meterse en una disputa que no lleva a ningún lado.
Por cierto, que el anuncio no es más que un doblaje. En la versión en inglés se pregunta por animales de granja, a lo que el tramposo responde que rhinoceros. ¿Sincronización entre rhinoceros y «pulpo»? Ninguna, y, aun así, cuando uno observa la versión española, la más básica sugestión (me) induce a que no me choque en absoluto la no sincronización entre la pronunciación de ambos animales y los labios del tramposo.
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