Muy poco tiene que ver el origen etimológico de la palabra «idiota» —que llegó al español a través del latín IDIOTA, desde el original griego ἰδιώτης— con el uso como insulto que le damos hoy.
Siglo de Oro
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Contenidos sobre Siglo de Oro
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El pretérito perfecto simple «contestastes» es correcto e incorrecto
No es lo mismo hacer como Mecano y decir *«tú contestastes que no» que ser Garcilaso y recitar «llevadme junto el mal que me dejastes». Aparentemente tenemos el mismo fenómeno en *«contestastes» y en «dejastes»; sin embargo, el primero va contra la norma, mientras que el segundo entraba —y aún entra— en los cánones del uso de vos.
Historia de la palabra cuyo futuro es incierto
La aversión hacia este relativo viene ya, como vamos a ver, de los tiempos del latín. Veamos, pues, cuál es la historia de «cuyo» desde los tiempos más remotos, pasando por el latín y llegando hasta el español actual.
El reajuste de las sibilantes
El reajuste de las sibilantes es un revolucionario cambio en la fonología del español, del que derivan la distinción de ‹z› y ‹s› —que dista de lo esperable—, el seseo —que llegó a tiempo para extenderse a las Islas Canarias y a América— y el sonido de la jota —que explica la ortografía de ‹México›—.
Simplificación y restitución de grupos consonánticos
En el famoso soneto de Quevedo, «Egi(p)to» tiene rima en consonante con «infinito» y «delito». Es precisamente un fantástico ejemplo de lo que vamos a estudiar en este artículo: la simplificación y restitución de los grupos consonánticos latinos en la historia del español.
¿Por qué a los lingüistas nos gustan las faltas de ortografía?
Responderemos a una pregunta quizá chocante: ¿cuál es la utilidad de las faltas de ortografía? ¿Por qué a los lingüistas nos gustan estos errores? Las faltas de ortografía dan mucho más de sí que simplemente decir que algo está mal de acuerdo a unas normas artificiales que podrían ser más eficientes.
Reglas fundamentales de la evolución del español desde el latín
El 20 % de las reglas explica el 80 % de los cambios. Vamos a hablar de evolución y productividad lingüísticas, cronología relativa y, por supuesto, vamos a ver ejemplos de cómo todo esto ha dado con la lengua española que conocemos hoy en día.
Judeoespañol, ladino o español sefardí: el español antiguo que se habla hoy en día
El judeoespañol, ladino o español sefardí (o sefardita) es el español que hablan, aún hoy —aunque en lamentable retroceso—, los descendientes de los judíos que fueron expulsados por los Reyes Católicos. Veamos las diferencias, las similitudes, los arcaísmos y las innovaciones.
Orígenes de leísmos, laísmos y loísmos
Probablemente sepas en qué consisten estos fenómenos: el uso impropio de los pronombres de objeto «lo», «la» y «le». Lo que hoy veremos en este artículo no es la cuestión sincrónica, sino la diacrónica: el origen del leísmo, del laísmo y del loísmo.
Arcaísmos españoles presentes en el portugués del día a día
En portugués (al menos el de Brasil) se emplean algunas palabras que están en desuso en el español, donde una vez sí existieron. Puede ocurrir también que la palabra existe en el español actual, pero con un significado distinto al etimológico y que se conserva mejor en portugués. A mí me gusta mucho porque es como remontarse al español más clásico.
Veamos ejemplos como «luego» ‘enseguida’ o «connosco» ‘con nosotros’.