Este disparate, que sigue repitiéndose y siendo creído por muchos, fue propuesto por Yves Cortez en 2007. La tesis que presuntamente defiende es que las lenguas romances no provienen del latín. Pocos años más tarde, la catalana Carme Huertas se unió a la conspiración lingüística.
Definición de «romance», «lengua romance» y «lenguas romances»
El término «romance» solemos usarlo para referirnos a algo que pertenece al conjunto de las lenguas romances, es decir, las lenguas derivadas del latín, como el español, el portugués, el italiano, el francés, el rumano, el catalán, etc.
La palabra procede del latín romanice, es decir, «a la forma romana». De aquí que posteriormente se empezaran a usar expresiones como «hablar en romance castellano» para referirnos a la lengua romance que se hablaba en Castilla, y por eso aún llamamos «castellano» al español.
Para saber más sobre la historia de la lengua española, es indispensable tener buenos conocimientos de la historia de la lengua latina. Puedes empezar ahora mismo con la primera clase de mi videocurso de historia, fonética y morfología del latín:
Boletín de lenguas para linguófilos
Un correo diario con contenidos e historias filológicas y lingüísticas. No es el típico boletín tostón: a los miles de suscriptores actuales les encanta.
(El artículo que estás leyendo no se cierra: no perderás la posición de lectura, así que apúntate al boletín ahora mismo y enseguida podrás seguir leyendo).
Contenidos sobre romance
Estos son los contenidos publicados hasta ahora en los que se trata o se menciona el tema en cuestión.
¿Por qué ‹ce, ci, ge, gi› se pronuncian como ‹ze, zi, je, ji›?
¿Por qué ‹c› y ‹g› delante de ‘e’ o ‘i’ se pronuncian de forma diferente que si van seguidas de ‘a’, ‘o’, ‘u’, o sea, /ka/, /θe/, /θi/, /ko/, /ku/ y /ga/, /xe/, /xi/, /go/, /gu/?
Esto tiene que ver con la evolución fonética desde el latín al español.
El pretérito perfecto simple «contestastes» es correcto e incorrecto
No es lo mismo hacer como Mecano y decir *«tú contestastes que no» que ser Garcilaso y recitar «llevadme junto el mal que me dejastes». Aparentemente tenemos el mismo fenómeno en *«contestastes» y en «dejastes»; sin embargo, el primero va contra la norma, mientras que el segundo entraba —y aún entra— en los cánones del uso de vos.
Alfonso X el Sabio: ¿estandarizador del castellano?
Dos reyes fundamentales para la historia de Castilla, del castellano, de España, del español, fueron Fernando III el Santo y su hijo Alfonso X el Sabio. Si nos centramos en lo puramente cultural y, más específicamente, en lo lingüístico, de estos dos reyes sobresale Alfonso X, no en vano conocido hasta nuestros días como «el Sabio».
El español más primitivo: un poco de historia
El español que hablamos hoy en día es la evolución del dialecto romance de la antigua Castilla. Sin embargo, del latín hablado de la antigua Hispania salieron otros romances, entre los que el castellano era solo uno más y, de hecho, con no muchas papeletas, inicialmente, para ser lo que ha llegado a ser.
Historia y evolución del tiempo futuro
La historia del futuro es la de un tiempo heraclidiano: todo fluye, nada permanece. Es un tiempo que parece desgastarse rápido y acaba siendo sustituido. Veamos, pues, la evolución del futuro simple de indicativo desde los tiempos prehistóricos hasta la actualidad.
Etimología y evolución de los doce meses del año
Al principio los romanos tenían diez meses: cuatro dedicados a divinidades concretas y seis que, simplemente, mencionaban su orden. El rey Numa Pompilio, sucesor de Rómulo, introdujo los otros dos meses.
Por qué bebemos leche y no latte: la inflexión, la yod y la wau
Cuando abríamos el 2019 con unas reglas fundamentales de la evolución del español desde el latín, pasamos alguna que otra vez de puntillas por el tema de la inflexión intentando no meneallo demasiado, no fuera a ser peor. Incluso llegamos a omitir su mención por completo en algunos étimos cuya evolución no se explica sin ella.
Historia de la palabra cuyo futuro es incierto
La aversión hacia este relativo viene ya, como vamos a ver, de los tiempos del latín. Veamos, pues, cuál es la historia de «cuyo» desde los tiempos más remotos, pasando por el latín y llegando hasta el español actual.
¿Por qué el español perdió las declinaciones del latín?
Las declinaciones y los casos son uno de los aspectos que más rápido impacta en quien se inicia en el estudio del latín: son conceptos extraños al español. En este artículo vamos a contar la historia de por qué el español ha perdido las declinaciones del latín.
Aparición, desaparición y conservación de la aspiración
Es probable que alguna vez hayas oído o incluso dicho tú mismo cosas como «a jierro», «la jambre», «estar jarto», etc., es decir, que has aspirado la ‹h›, letra que, como todo el mundo sabe, en español es muda y cuya escritura no es más que respeto a la etimología.
El reajuste de las sibilantes
El reajuste de las sibilantes es un revolucionario cambio en la fonología del español, del que derivan la distinción de ‹z› y ‹s› —que dista de lo esperable—, el seseo —que llegó a tiempo para extenderse a las Islas Canarias y a América— y el sonido de la jota —que explica la ortografía de ‹México›—.
Reglas fundamentales de la evolución del español desde el latín
El 20 % de las reglas explica el 80 % de los cambios. Vamos a hablar de evolución y productividad lingüísticas, cronología relativa y, por supuesto, vamos a ver ejemplos de cómo todo esto ha dado con la lengua española que conocemos hoy en día.
¿Por qué el español tiene solo cinco vocales?
Cualquier hispanohablante sabe sin titubeos que son cinco las vocales, como todo el mundo sabe: a, e, i, o, u. En español la correspondencia de letras y de fonemas vocálicos es simétrica.
Sin embargo, tenemos que preguntarnos cómo hemos llegado a esta situación desde las diez vocales que tenía el latín y por qué la mayoría de las lenguas romances tienen, al menos, siete.
Orígenes de leísmos, laísmos y loísmos
Probablemente sepas en qué consisten estos fenómenos: el uso impropio de los pronombres de objeto «lo», «la» y «le». Lo que hoy veremos en este artículo no es la cuestión sincrónica, sino la diacrónica: el origen del leísmo, del laísmo y del loísmo.
Etimologías familiares
En el vocabulario de las diversas lenguas indoeuropeas es muy frecuente encontrar varias familias léxicas con miembros comunes, como por ejemplo los números, las partes del cuerpo y las relaciones familiares.
Aun así, hay veces en las que el latín se apartó en mayor o menor medida de las otras lenguas indoeuropeas. A su vez, posteriormente, el español a veces se apartó del léxico latino que podríamos considerar estándar.
Todo esto lo veremos en este artículo.
Arcaísmos españoles presentes en el portugués del día a día
En portugués (al menos el de Brasil) se emplean algunas palabras que están en desuso en el español, donde una vez sí existieron. Puede ocurrir también que la palabra existe en el español actual, pero con un significado distinto al etimológico y que se conserva mejor en portugués. A mí me gusta mucho porque es como remontarse al español más clásico.
Veamos ejemplos como «luego» ‘enseguida’ o «connosco» ‘con nosotros’.
Posibles etimologías de «tocayo»
La etimología de «tocayo» es controvertida, pues se suelen aportar al menos dos posibilidades: la romana ‘ubi tu Gaius, ibi ego Gaia’ y una palabra de la lengua amerindia náhuatl. Veremos muchas razones por las que la etimología romana no tiene demasiada base a pesar de estar apoyada por etimólogos de la talla de Corominas.
Etimología no pudenda de «testigo»
Circula una etimología popular que asegura que el sustantivo «testigo» (y cualquier derivado como «testamento») proviene de la costumbre que tenían los romanos de apretarse los testículos con la mano cuando juraban decir la verdad. Incluso Corominas parece caer en este error. Aunque esta etimología tiene ciertos visos de verosimilitud, además de contar con el plus sexual, es falsa.
En este artículo trataremos de dilucidar la verdadera etimología de «testigo».
La productividad lingüística: diga «tuitear», no «tuitir»
¿Existen reglas sobre cuándo un verbo está en qué conjugación? Hay ciertas terminaciones especializadas para la creación de nuevos verbos. ¿Cuál es su origen? ¿Por qué la 3.ª conjugación no aparece entre ellas? ¿Por qué nos suena tan mal dicha conjugación en verbos nuevos? En definitiva, y aparte del «me suena mal», ¿habría alguna justificación para descartar «tuitir» en favor de «tuitear»?
Estas preguntas (y más) las responderemos desde el punto de vista lingüístico.
La cronología relativa aplicada a la lingüística
La cronología relativa establece el orden de los cambios que sufre una lengua. Estos cambios empiezan en un determinado momento y afectan por lo general a todas las palabras de una lengua que cumplen los requisitos para ese cambio; una vez que un proceso ha actuado todo lo que ha podido, desaparece y cualquier palabra nueva que aparezca tras la extinción del proceso no sufre ese cambio que sí afectó a las palabras que ya estaban ahí antes del comienzo del proceso.
Veamos varios ejemplos y cómo el orden de los factores altera el producto.
¿Por qué recoge el diccionario de la RAE «setiembre» y «otubre»?
Aunque pueda parecernos raro, hay razones por las que el diccionario de la RAE recoge «setiembre» y «otubre». Antes de indignarnos por semejante supuesto atropello contra la lengua, veámoslo desde el punto de vista de la gramática histórica…
Etimología de «estudiante» y «alumno»
Recuerdo que, durante la carrera de Filología Clásica, una profesora nos aconsejaba de vez en cuando que nos consideráramos estudiantes mejor que alumnos. Aunque actualmente ambas palabras vienen a significar lo mismo en líneas generales, su recomendación era más bien un juego etimológico.
Veamos por qué nos decía a nosotros, filólogos en ciernes, que nos comportáramos más como estudiantes que como alumnos.
El español proviene del latín… vulgar
Todo el mundo sabe que el español proviene del latín. Sin embargo, cuando uno habla de latín en general, lo normal es que se esté refiriendo al latín clásico, es decir, el latín que empleaban los grandes autores en sus obras.
El otro latín es el conocido comúnmente como «vulgar», que no es que fuera obsceno —aunque, a veces, también—, sino que se le llama así porque era el latín usado por el vulgo, es decir, el pueblo, en su día a día.
Corrijamos errores básicos de pronunciación latina
A causa de la cantidad de gente —desde divulgadores no especializados hasta reconocidos filólogos con importantes publicaciones— que veo que comete diversos errores básicos de pronunciación, he decidido escribir este artículo para poner mi granito de arena en la complicada erradicación de ciertos vicios perpetuados de antiguo. Hoy hablaremos sobre todo de la pronunciación del latín.
¿Qué son los símbolos ˘ y ¯ que aparecen en el diccionario?
Cuando buscamos una palabra de origen latino en el ‘Diccionario de la lengua española’, es frecuente que al principio de la entrada, en la parte etimológica, el diccionario señale de qué étimo latino proviene. Por lo general —cuando es relevante, según lo que explicaremos más adelante—, el ‘DLE’ incluye un par de símbolos encima de algunas vocales, concretamente ˘ y ¯. Estos símbolos indican la cantidad de las vocales en latín.
Veamos qué son…
Un par de etimologías de «duelo»
Dicen los psicólogos que la etimología de «duelo» se relaciona con el momento en que una persona tiene un combate interno, pero esto no es sino una etimología popular. Hoy vamos a hablar de la etimología de «duelo», en sus dos acepciones: la de un enfrentamiento entre dos personas y la que es más o menos sinónima de «luto».
El veloz murciégalo comía almóndigas con el crocodilo
No hace falta ser filólogo para criticar los usos y costumbres de la lengua ni —digámoslo así— las normas de la RAE; lo que sí sería menester es, antes de escribir sobre lengua en un blog el miriadésimo artículo criticando que haya tal o cual palabra incluida en el diccionario, como «murciégalo» o «almóndiga», investigar un poco, porque, por mucho que guste por norma general criticar a los académicos, lo que hacen suelen hacerlo por alguna u otra razón, por muy arcana y sibilina que pueda parecer.
Ahora en serio: ¿para qué sirven el latín y el griego hoy en día?
Muchos ya conocerán la preguntita, quizá por haberla recibido a menudo, quizá por haberla formulado ellos mismos: ¿y eso para qué sirve? Para responder a esta pregunta, muchos profesores, estudiosos y simples aficionados han escrito cantidad de artículos que, en mi opinión, suelen quedarse en lo superficial, en lo anecdótico, todos resumibles en que el latín y el griego sirven para conocer las etimologías de las palabras del castellano. Suelen estar estos artículos trufados de ejemplos de etimologías efectivamente curiosas, así como anécdotas ocurrentes.
Yo, como filólogo clásico, contribuiré con otro artículo más, aunque intentaré —que no sé si lo conseguiré— dar una visión más realista y útil, tomando, remozando y añadiendo argumentos a favor de la enseñanza de las lenguas clásicas.
Etimologías epistolares
En los últimos años, con la prevalencia de internet, el mundo epistolar es ya algo del pasado. Sin embargo, hoy le dedicaremos un artículo a algunas etimologías epistolares: «carta», «epístola», «misiva», «fecha», «data», «pos(t)data», ‘post scriptum’…
Los restos del antiguo pluscuamperfecto latino en el español
En latín, el pretérito pluscuamperfecto de indicativo se formaba con el sufijo ‘era’: ‘amaverat’ «había amado», que se ha convertido en el actual pretérito imperfecto de subjuntivo. Aquí vemos una discordancia entre una forma y la otra: en latín tenemos una forma sintética, mientras que en español hay una forma analítica.
Veamos todo esto y, sobre todo, hagámonos la siguiente pregunta: ¿cuáles son los restos del antiguo pluscuamperfecto latino en el español de hoy en día?
Etimología de «docente», «maestro» y «profesor»
Hoy trataremos la etimología de «docente», «maestro» y «profesor», palabras referentes a esas personas tan necesarias en toda sociedad.
Origen del nombre propio «Verónica» (y «Berenice»)
Hoy vamos a ver de dónde procede el nombre «Verónica» y el primo hermano «Berenice», así como la relación etimológica y fonética entre ambos nombres, uno de ellos de origen macedonio. Pero empezaremos el artículo desmintiendo la etimología popular que suele presentarse en los santorales…
¿De dónde viene tanta confusión con ‹b› y ‹v› en español?
Veamos la historia de la confusión, realmente milenaria, entre b y v. ¿Se pronuncian igual o diferente en español? Si se pronuncian igual, ¿por qué se escriben diferente? ¿Es más culto, mejor, distinguir estas dos grafías en la pronunciación (así me lo enseñaron en los dictados de la escuela)?
Diferencias entre «cruel», «cruento», «crudo» y «sangriento»
A menudo he visto el uso de «cruento» como sinónimo de «cruel». Desde luego que ambos adjetivos suelen expresar cosas parecidas y hasta se parecen —de hecho, como veremos, tienen una raíz común—, pero no debemos caer en este uso a veces impreciso cuando no incorrecto.
Veamos, pues, la diferencia entre «cruel», «cruento», «crudo» y «sangriento».
Distingamos «sinceridad» y «honestidad»
Últimamente veo a mucha gente emplear la palabra «honestidad», una palabra que hasta hace poco no había escuchado salvo en contadísimas ocasiones. Vi en mi ciudad que uno de los eslóganes de los candidatos, en su propaganda electoral, era el de «HONESTIDAD». El problema es que, hasta donde me he podido fijar, el empleo de «honestidad» suele ser dudoso, en lugar de «sinceridad».
Veamos, pues la diferencia entre «sinceridad» y «honestidad».
Etimología de «manjar» (y por qué decimos «comer»)
Como todos sabemos, un manjar es, por lo general, una comida que se considera exquisita. Aquellos que sepan catalán, francés o italiano relacionarán rápidamente el sustantivo «manjar» con los verbos ‘menjar’, ‘manger’ y ‘mangiare’, respectivamente.
Veamos, pues, la etimología de «manjar» y otras cuestiones relacionadas como por qué en español no manjamos, sino que comemos.
Etimología de «sincero»
Cuenta la etimología popular que este adjetivo se formó a partir de la imaginería renacentista española. Cuando un escultor erraba un golpe sobre su obra, tapaba el fallo con un pegote de cera. Esto se consideraría una falta de talento y la escultura perdería pureza. Por tanto, aquella estatua que no tuviera remiendos, es decir, sin cera, sería una estatua pura y fidedigna. Pero nada más lejos de la realidad.
Hoy veremos la etimología de «sincero», pero previamente desmentiremos su etimología popular más extendida.
Semejanzas y diferencias entre «bucal», «vocal», «oral» y «verbal»
Hoy reflexionaremos un poco sobre estas cuatro palabras, «bucal», «vocal», «oral» y «verbal», que, por ser de significados afines y, en algunos contextos, incluso intercambiables, pueden llegar a causar confusiones en su correcta utilización y escritura.
El participio de presente español
Si existe un participio de pasado es lógico pensar que se contrapone a otro participio. En español existe un participio de presente. ¿Lo conoces?
Veremos las diferencias entre «amante», «amado», «amador», «el que ama», etc.
El futuro imperfecto de subjuntivo, ese tiempo olvidado
Si algo nos dejaron los romanos, eso es el latín, que evolucionó hasta nuestra maravillosa lengua: el español o castellano, una lengua flexible, rica y razonablemente sistemática, simple y lógica. Esta enorme riqueza choca con su simpleza cuando nos metemos en el tema de los verbos, ya que el paradigma verbal latino sigue conservándose casi igual de complicado en castellano.
Hoy hablaremos del futuro imperfecto de subjuntivo, ese tiempo olvidado.
Sobre la palabra «gay»: etimología, plural y pronunciación
Hace ya bastantes años que la palabra «gay» se hizo un hueco entre el vocabulario de los hispanohablantes. La RAE, por su parte, la aceptó en su diccionario en la edición del 2001. Como todos sabemos, «gay» significa: «dicho de una persona, especialmente de un hombre: homosexual».
Veamos la etimología de «gay» y por qué su plural puede plantear problemas ortográficos.
Etimología y explicación de «siniestro» e «izquierdo»
Hoy en día, cuando empleamos la palabra «siniestro», lo más probable es que pensemos en avieso y malintencionado; infeliz, funesto o aciago. Sin embargo, también es la palabra culta para denominar el lado izquierdo: dicho de una parte o de un sitio: que está a la mano izquierda.
Por eso vamos a ver la etimología de «siniestro» con unas líneas de Catulo y de Pérez Galdós.
Etimología de «dragón» y su relación con las serpientes
En español, así como en la mayoría de las lenguas modernas, un dragón es un ser distinto a una serpiente, aunque tienen cierta similitud. Un dragón suele referirse a estos seres fantásticos, casi mitológicos, rojos o verdes, que escupen fuego por la boca. Sin embargo, para los griegos, un δράκων no era otra cosa que una serpiente.
Para entender el porqué, veamos la etimología de «dragón». De regalo, unos versos de Homero.
Etimología de «hombre»
La etimología de «hombre» es realmente curiosa e incluso podría decirse que bastante profunda. Los latinos tuvieron a bien pensar que el hombre como especie (el ser humano) era un animal que provenía del suelo (‘humus, humi’ en latín). El parecido entre ‘homo’ y ‘humus’ es obvio, pues proceden incluso de la misma raíz indoeuropea; así, un hombre (‘homo’) es el que sale del suelo (‘humus’).
En este artículo veremos la concepción que tenía la humanidad de su procedencia del suelo en contraposición a los dioses celestiales y cómo lo reflejaban en sus costumbres y mitologías.
¿Cómo se llama nuestro idioma: «español» o «castellano»?
¿El término «español» es correcto para referirse al idioma que se habla en España y muchos otros países, o es «castellano» el correcto para designar a nuestro idioma, o «español» es solo el español de España, o «castellano» solo el español de Castilla? ¿Es «español» correcto para referirse al idioma que se habla en España y muchos otros países? ¿«Castellano», el correcto para designar a nuestro idioma?