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Pérdida de consonantes finales
En español se han perdido de forma más o menos sistemática algunas consonantes a final de palabra presentes en latín clásico. Por lo general, estas pérdidas están bien atestiguadas en latín vulgar y/o arcaico.
El caso más claro es el de la ‑m desinencial tanto de casos como de conjugaciones verbales:
- casam > «casa»
- amabam > «amaba»
(Sin embargo, los monosílabos tienden a neutralizarla con /n/, p. ej. tam > «tan»).
También ocurre con ‑t:
- caput > «cabo»
- amat > «ama»
Menos frecuentes por la menor frecuencia de estos sonidos en esta posición ya en latín son las pérdidas de otras consonantes finales:
- ad > «a»
- per hoc > «pero»
Aún hoy son frecuentes en muchas variedades del español (p. ej. el andaluz) el debilitamiento e incluso la pérdida total de consonantes finales, especialmente de ‑s:
- «niños» [ˈniɲos] ~ [ˈniɲoh] ~ [ˈniɲɔ]
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