Explicamos algunos de los cambios morfosintácticos más llamativos del latín hasta el español medieval, ya bastante parecido al actual.
Contenidos sobre latín vulgar
Estos son los contenidos publicados hasta ahora en los que se trata o se menciona el tema en cuestión.
Minicurso de español medieval
En este artículo vamos a ver las características más llamativas —desde la perspectiva del siglo XXI— del español medieval. Por supuesto, el periodo del que vamos a tratar abarca unos cinco siglos, en los que además la lengua iba cambiando bastante rápido, por lo que este minicurso es algo de compromiso.
El español más primitivo: un poco de historia
El español que hablamos hoy en día es la evolución del dialecto romance de la antigua Castilla. Sin embargo, del latín hablado de la antigua Hispania salieron otros romances, entre los que el castellano era solo uno más y, de hecho, con no muchas papeletas, inicialmente, para ser lo que ha llegado a ser.
Historia y evolución del tiempo futuro
La historia del futuro es la de un tiempo heraclidiano: todo fluye, nada permanece. Es un tiempo que parece desgastarse rápido y acaba siendo sustituido. Veamos, pues, la evolución del futuro simple de indicativo desde los tiempos prehistóricos hasta la actualidad.
Etimología y evolución de los doce meses del año
Al principio los romanos tenían diez meses: cuatro dedicados a divinidades concretas y seis que, simplemente, mencionaban su orden. El rey Numa Pompilio, sucesor de Rómulo, introdujo los otros dos meses.
Por qué bebemos leche y no latte: la inflexión, la yod y la wau
Cuando abríamos el 2019 con unas reglas fundamentales de la evolución del español desde el latín, pasamos alguna que otra vez de puntillas por el tema de la inflexión intentando no meneallo demasiado, no fuera a ser peor. Incluso llegamos a omitir su mención por completo en algunos étimos cuya evolución no se explica sin ella.
¿Cómo influyeron las lenguas prerromanas en el español?
Los romanos pusieron pie en la península ibérica en el año 218 a. C. para poner freno a la expansión cartaginesa durante la segunda guerra púnica. Aunque Hispania se romanizaría (y latinizaría) con relativa rapidez, es evidente que antes del desembarco de los legionarios de Gneo Cornelio Escipión ya había allí otras personas y que estas hablaban sus propias lenguas no latinas, es decir, lenguas prerromanas.
Historia de la palabra cuyo futuro es incierto
La aversión hacia este relativo viene ya, como vamos a ver, de los tiempos del latín. Veamos, pues, cuál es la historia de «cuyo» desde los tiempos más remotos, pasando por el latín y llegando hasta el español actual.
¿Por qué el español perdió las declinaciones del latín?
Las declinaciones y los casos son uno de los aspectos que más rápido impacta en quien se inicia en el estudio del latín: son conceptos extraños al español. En este artículo vamos a contar la historia de por qué el español ha perdido las declinaciones del latín.
¿Por qué suenan tan parecido el español y el griego moderno?
Avatares histórico-lingüísticos (no compartidos en tan gran medida con otras hermanas como el francés, el portugués o incluso el italiano) han hecho que tengamos dos lenguas que, al oído no entrenado, se parecen bastante. Podría parecer que los griegos hablan una especie de español inventado.
Reglas fundamentales de la evolución del español desde el latín
El 20 % de las reglas explica el 80 % de los cambios. Vamos a hablar de evolución y productividad lingüísticas, cronología relativa y, por supuesto, vamos a ver ejemplos de cómo todo esto ha dado con la lengua española que conocemos hoy en día.
¿Por qué el español tiene solo cinco vocales?
Cualquier hispanohablante sabe sin titubeos que son cinco las vocales, como todo el mundo sabe: a, e, i, o, u. En español la correspondencia de letras y de fonemas vocálicos es simétrica.
Sin embargo, tenemos que preguntarnos cómo hemos llegado a esta situación desde las diez vocales que tenía el latín y por qué la mayoría de las lenguas romances tienen, al menos, siete.
Orígenes de leísmos, laísmos y loísmos
Estamos ya familiarizados con varios fenómenos morfosintácticos consistentes en el uso impropio de los pronombres «le», «la», «lo» y sus respectivos plurales. Lo que hoy veremos en este artículo es, pues, el origen y la historia del leísmo, del laísmo y del loísmo.
La diglosia en España
Mucha gente ha oído hablar de la diglosia, aplicada al mundo hispanohablante o, posiblemente, con ejemplos más prototípicos de diglosia como la del mundo árabe o el griego moderno. El término «diglosia» se refiere a las situaciones lingüísticas en las que se usan dos variedades distintas por parte de una misma comunidad de hablantes; cada una de esas variedades tiene un estatus muy diferente.
Como se sabe, en España, además del español, se habla catalán, gallego y vasco, además de diversos dialectos. Empezaremos con el caso de Galicia por ser especialmente complejo.
Detectives filológicos: reconstruyamos una palabra
Cuando hablamos de protoindoeuropeo, hablamos de una lengua reconstruida, es decir, de la que no hay (ni habrá jamás) testimonios escritos. ¿Cómo podemos hablar de una lengua de la que no tenemos constancia de ningún tipo y que incluso es probable que nunca haya existido como tal (es decir, nunca haya habido una población que hablara protoindoeuropeo tal y como los eruditos lo han reconstruido)?
En los inicios de la lingüística indoeuropea, los estudiosos hubieron de enfrentarse a la reconstrucción de raíces de esta supuesta lengua. Hoy nosotros vamos a intentar emular a estos lingüistas.
Etimología no pudenda de «testigo»
Circula una etimología popular que asegura que el sustantivo «testigo» (y cualquier derivado como «testamento») proviene de la costumbre que tenían los romanos de apretarse los testículos con la mano cuando juraban decir la verdad. Incluso Corominas parece caer en este error. Aunque esta etimología tiene ciertos visos de verosimilitud, además de contar con el plus sexual, es falsa.
En este artículo trataremos de dilucidar la verdadera etimología de «testigo».
¿Por qué recoge el diccionario de la RAE «setiembre» y «otubre»?
Aunque pueda parecernos raro, hay razones por las que el diccionario de la RAE recoge «setiembre» y «otubre». Antes de indignarnos por semejante supuesto atropello contra la lengua, veámoslo desde el punto de vista de la gramática histórica…
El español proviene del latín… vulgar
Todo el mundo sabe que el español proviene del latín. Sin embargo, cuando uno habla de latín en general, lo normal es que se esté refiriendo al latín clásico, es decir, el latín que empleaban los grandes autores en sus obras.
El otro latín es el conocido comúnmente como «vulgar», que no es que fuera obsceno —aunque, a veces, también—, sino que se le llama así porque era el latín usado por el vulgo, es decir, el pueblo, en su día a día.
Corrijamos errores básicos de pronunciación latina
A causa de la cantidad de gente —desde divulgadores no especializados hasta reconocidos filólogos con importantes publicaciones— que veo que comete diversos errores básicos de pronunciación, he decidido escribir este artículo para poner mi granito de arena en la complicada erradicación de ciertos vicios perpetuados de antiguo. Hoy hablaremos sobre todo de la pronunciación del latín.
El veloz murciégalo comía almóndigas con el crocodilo
No hace falta ser filólogo para criticar los usos y costumbres de la lengua ni —digámoslo así— las normas de la RAE; lo que sí sería menester es, antes de escribir sobre lengua en un blog el miriadésimo artículo criticando que haya tal o cual palabra incluida en el diccionario, como «murciégalo» o «almóndiga», investigar un poco, porque, por mucho que guste por norma general criticar a los académicos, lo que hacen suelen hacerlo por alguna u otra razón, por muy arcana y sibilina que pueda parecer.
Los restos del antiguo pluscuamperfecto latino en el español
En latín, el pretérito pluscuamperfecto de indicativo se formaba con el sufijo ‘era’: ‘amaverat’ «había amado», que se ha convertido en el actual pretérito imperfecto de subjuntivo. Aquí vemos una discordancia entre una forma y la otra: en latín tenemos una forma sintética, mientras que en español hay una forma analítica.
Veamos todo esto y, sobre todo, hagámonos la siguiente pregunta: ¿cuáles son los restos del antiguo pluscuamperfecto latino en el español de hoy en día?
¿De dónde viene tanta confusión con ‹b› y ‹v› en español?
Veamos la historia de la confusión, realmente milenaria, entre b y v. ¿Se pronuncian igual o diferente en español? Si se pronuncian igual, ¿por qué se escriben diferente? ¿Es más culto, mejor, distinguir estas dos grafías en la pronunciación (así me lo enseñaron en los dictados de la escuela)?
¿Cómo se llama nuestro idioma: «español» o «castellano»?
¿El término «español» es correcto para referirse al idioma que se habla en España y muchos otros países, o es «castellano» el correcto para designar a nuestro idioma, o «español» es solo el español de España, o «castellano» solo el español de Castilla? ¿Es «español» correcto para referirse al idioma que se habla en España y muchos otros países? ¿«Castellano», el correcto para designar a nuestro idioma?