El adjetivo «idiota» se usa principalmente como un insulto hoy en día, según el DLE para referirnos a alguien «tonto o corto de entendimiento» o «engreído sin fundamento para ello».
Sin embargo, muy poco tiene que ver esto con el origen etimológico de la palabra, que llegó al español a través del latín idiota, desde el original griego ἰδιώτης [idiˈɔːtɛːs].
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Contenidos del artículo
La raíz de «idiota»
En este adjetivo encontramos la raíz ἴδιος [ˈidios], que en griego significaba ‘de uno mismo, privado, particular, personal‘.
Con esta misma raíz tenemos otros sustantivos como «idiosincrasia» (DLE: «rasgos, temperamento, carácter, etc., distintivos y propios de un individuo o de una colectividad») o «idioma» (DLE: «lengua de un pueblo o nación, o común a varios»).
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Evolución semántica en griego
Partiendo de la raíz de ἴδιος y el sufijo ‑ώτης, el adjetivo griego ἰδιώτης al inicio hacía referencia, de forma totalmente neutral, a una persona privada en el sentido de ‘un particular‘:
περὶ γὰρ τοῦ δικαίου καὶ ἀρετῆς πρῶτον ἄλλως τε καὶ ξυμμαχίας δεόμενοι τοὺς λόγους ποιησόμεθα, εἰδότες οὔτε φιλίαν ἰδιώταις βέβαιον γιγνομένην οὔτε κοινωνίαν πόλεσιν ἐς οὐδέν, εἰ μὴ μετ᾽ ἀρετῆς δοκούσης ἐς ἀλλήλους γίγνοιντο καὶ τἆλλα ὁμοιότροποι εἶεν.
Diremos las primeras palabras sobre la justicia y la virtud, especialmente al estar solicitando una alianza, pues sabemos que no puede haber ni una amistad fuerte entre particulares ni una unión entre ciudades, si no es que se hace conocida la virtud de uno y otro y concuerdan en lo demás.
Tucídides, Guerra del Peloponeso 3.10
De este significado básico se derivó el de la persona que se dedicaba únicamente a lo suyo, lo privado, y no a la vida pública, lo común. Se esperaba que un ciudadano participara en política, por lo que quien no lo hacía era el idiota que se ocupaba solo de lo suyo y no de lo público, y no era bien considerado.
Otro sentido desarrollado era el de la persona que no tenía conocimientos profesionales, lo que actualmente diríamos «lego en determinada materia». Por extensión, la palabra llegó al significado de ‘desinformado, ignorante, torpe‘.
λεγέτω μὲν οὖν περὶ αὐτοῦ ὡς ἕκαστος γιγνώσκει καὶ ἰατρὸς καὶ ἰδιώτης.
Así pues, que sobre [la enfermedad] diga cada uno, ya sea médico o lego, lo que sepa.
Tucídides, Guerra del Peloponeso 2.48
El latín idiota
En latín se importan estos significados, especialmente el de ‘lego, sin experiencia, ignorante‘ (y fíjate en lo fácil que es sustituir «lego» por «el que no sabe», y de ahí la transferencia a «idiota» es muy simple):
Haec autem recte constituuntur, cum is et a fabris et ab idiotis patiatur accipere se consilia; namque omnes homines, non solum architecti, quod est bonum, possunt probare, sed inter idiotas et eos hoc est discrimen, quod idiota, nisi factum viderit, non potest scire, quid sit futurum, architectus autem, simul animo constituerit, antequam inceperit, et venustate et usu et decore quale sit futurum, habet definitum.
Se verán estas cosas cuando [el arquitecto] se abra a escuchar las opiniones tanto de los constructores como de los legos, pues todos los hombres, no solo los arquitectos, pueden comprobar lo que es bueno, pero la diferencia entre los legos y los arquitectos es esta: que el lego no puede saber lo que habrá hasta que lo vea hecho, mientras que el arquitecto, en cuanto lo pone en su mente, tiene nítido en su mente la belleza, la conveniencia y la elegancia de lo que habrá incluso antes de comenzar.
Vitruvio, De architectura 6.8.5
Este significado más o menos neutral ya puede estar incluso desviado hacia el insulto:
Tu eruditior quam Piso, prudentior quam Cotta, abundantior consilio, ingenio, sapientia quam Crassus, ea contemnis quae illi ‘idiotae,’ ut tu appellas, praeclara duxerunt.
Tú, más erudito que Pisón, más sabio que Cota, más abundante en prudencia, ingenio y sabiduría que Craso, desprecias las cosas que aquellos ‘idiotas‘, como tú los llamas, consideraron gloriosas.
Cicerón, Contra Pisón 62
Uso medieval
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Ya encontramos en francés la palabra idiote en el siglo XII con el significado de ‘iletrado, ignorante’. Parece que el primer uso atestiguado en un texto español es en los Milagros de Nuestra Señora, de Berceo (c. 1250):
Era un simple clérigo, pobre de clerecía:
dicié cutiano missa de la Sancta María;
non sabié decir otra, diciéla cada día,
más la sabié por uso que por sabiduría.Fo est missacantano al bispo acusado,
Berceo, Milagros de Nuestra Señora
que era idïota, mal clérigo provado;
«Salve Sancta Parens» solo tenié usado,
non sabié otra missa el torpe embargado.
Hay muy pocos usos de la palabra en la literatura medieval. No debía de ser de uso común, sino un cultismo o un extranjerismo (nótese la diéresis en Berceo) introducido sobre el siglo XIII, quizá del francés.
Siglo de Oro
Todavía en el siglo XVI debía de sentirse una palabra ajena al español, pues encontramos el siguiente pasaje en el Diálogo de la lengua (1535-6), de Juan de Valdés:
T. Pues no nos queréis dezir más equívocos, porque me acuerdo algunas vezes oíros dezir que desseáis introduzir ciertos vocablos en la lengua castellana, antes que passemos adelante, nos dezid qué vocablos son éstos.
V. De buena voluntad os diré todos los que me vernán a la memoria. De la lengua griega desseo introduzir éstos que stan medio usados: paradoxa, tiranizar, idiota, ortografía.
T. Larga nos la levantaríades a los que no sabemos griego ni latín, si, por introduzirnos nuevos vocablos, no pusiéssedes necessidad de aprenderlos.
V. Por vuestra vida, que me consintáis de usar destos vocablos, pues, si bien miráis en ello, fácilmente los entenderéis.
T. El tiranizar y la ortografía bien los entiendo, pero los otros no sé qué quieren dezir.
V. Pues yo os lo diré agora, y tenerlo eis por dicho para siempre: paradoxa quiere dezir ‘cosa que viene sin pensarla’; idiota sinifica ‘hombre privado y sin letras’. ¿Entendéislos?
Juan de Valdés, Diálogo de la lengua
Sin embargo, la palabra aparece usada, decenios más tarde, por Cervantes, Quevedo, Tirso de Molina, Baltasar Gracián, Lope de Vega y Calderón de la Barca:
No es así como quiera el oficio de alcahuete, que es oficio de discretos y necesarísimo en la república bien ordenada, y que no le debía ejercer sino gente muy bien nacida; y aun había de haber veedor y examinador de los tales, como le hay de los demás oficios, con número deputado y conocido, como corredores de lonja, y desta manera se escusarían muchos males que se causan por andar este oficio y ejercicio entre gente idiota y de poco entendimiento, como son mujercillas de poco más a menos, pajecillos y truhanes de pocos años y de poca experiencia, que, a la más necesaria ocasión y cuando es menester dar una traza que importe, se les yelan las migas entre la boca y la mano, y no saben cuál es su mano derecha.
Cervantes, Quijote
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