Una creencia bastante extendida es la que dice que la etimología de «craso» proviene del triunviro Marco Licinio Craso, concretamente del desastre ocurrido en la batalla de Carras, de donde salió la colocación «craso error», porque el error de Craso fue muy craso, es decir, grave. Basta con hacer una búsqueda en Google para el que quiera ver más al respecto.
Contenidos del artículo
Etimología de «craso»: ya existía crassus antes de Craso
Si realizamos una búsqueda en el DLE, vemos que «craso» proviene del adjetivo latino crassus ‘sólido, grueso, denso, gordo, flagrante, burdo’.
Era un adjetivo frecuente desde el latín arcaico (recordemos que el latín de la época de Craso era ya el clásico), sinónimo por lo general de pinguis ‘pingüe’, que, como en español, era considerado más bien literario.
Boletín de lenguas para linguófilos
Un correo diario con contenidos e historias filológicas y lingüísticas. No es el típico boletín tostón: a los miles de suscriptores actuales les encanta.
(El artículo que estás leyendo no se cierra: no perderás la posición de lectura, así que apúntate al boletín ahora mismo y enseguida podrás seguir leyendo).
Genealogías romanas
Por aquellos tiempos, los romanos nobles tenían tres (o incluso más) nombres, los famosos tria nomina, que, simplificando, consistían en lo siguiente:
- 1.er nombre (praenomen): nombre de pila
- 2.º nombre (nomen): apellido de la familia
- 3.er nombre (cognomen): apellido que una rama de la familia adquiría como sobrenombre, como el caso de Torcuato
Dentro de la familia de los Licinios, una rama era la de los Crasos —posiblemente porque el primero que obtuvo ese cognomen estaba entrado en carnes—, a la que pertenecía nuestro Marco Licinio Craso. Es decir, el nombre de la rama familiar procede, a modo de mote o sobrenombre, del adjetivo, y no al revés: el adjetivo no procede del nombre propio. Es algo así como llamarlos «los gordos».
Más sobre Craso y Carras
Sí que se empleó un adjetivo, Crassianus ‘crasiano → propio de Craso’, para referirse exclusivamente al desastre de la batalla de Carras. Por ejemplo, Plinio el Viejo habla en su Historia natural (VI.47) de cuando el rey Orodes se llevó a Antioquía a los romanos capturados en la masacre crasiana (Crassiana clade).
Como conclusión, vemos, por tanto, que es un craso error creer que esta expresión tiene una relación directa con nuestro Marco o la batalla de Carras: un error craso no es más que un error muy gordo. Por cierto, que este adjetivo llegó a mezclarse con grossus ‘grueso’, dando lugar al vulgar grassus ‘graso’.
¡Por cierto! Puedes seguir aprendiendo y disfrutando en mi boletín diario: cada día envío un correo donde comparto artículos, recursos, vídeos, pensamientos y reflexiones, todo relacionado con la filología, la lingüística... en fin, todo eso que nos gusta a ti y a mí. Es gratis, pero solo para auténticos linguófilos.