
Mucha gente ha oído hablar de la diglosia, aplicada al mundo hispanohablante o, posiblemente, con ejemplos más prototípicos de diglosia como la del mundo árabe o el griego moderno. En el artículo de hoy nos centraremos en la diglosia en España, pero no nos anticipemos.
En el mundo árabe, por ejemplo, existe el árabe estándar, clásico, que es el usado en prensa y en televisión, mientras que después hay una gama amplísima de variedades del árabe habladas a lo largo de todos sus dominios.
La situación en Grecia es, o casi más bien era hace unas décadas, algo distinta: la gente en casa usaba el griego moderno evolucionado de forma natural (demotikí), aunque la lengua oficial era un griego artificial conservador respecto del griego clásico (katharévousa).
Contenidos del artículo
¿Qué es la diglosia?
El término «diglosia» se refiere a las situaciones lingüísticas en las que se usan dos variedades distintas por parte de una misma comunidad de hablantes; cada una de esas variedades tiene un estatus muy diferente.
Inicialmente la diglosia hacía referencia a dos variedades relacionadas históricamente (el árabe y el griego, como hemos visto, son dos ejemplos separados), pero lo suficientemente distintas como para poder ser consideradas, de alguna forma, lenguas diferentes, una de ellas de un estatus alto (muy normalizada y con literatura) y la otra de un estatus bajo (usada en el día a día). Otro ejemplo lo podemos buscar, como vimos hace tiempo, en el latín clásico y el latín vulgar.
Posteriormente, el término se amplió a lenguas que no estaban relacionadas históricamente. Un ejemplo es Paraguay, donde la lengua de estatus alto es el español y la lengua de estatus bajo es el guaraní; lógicamente, estas dos lenguas no tienen ningún tipo de relación histórica entre ellas.
La diglosia en España
Como se sabe, en España, además del español (o castellano), se habla catalán, gallego, vasco y otras lenguas minorizadas, además de diversos dialectos. De entre todos los casos de diglosia en España, empezaremos con el de Galicia por ser especialmente complejo.
La diglosia en Galicia
De forma simple, en Galicia tenemos una situación en la que tradicionalmente el español ha sido la lengua de prestigio y el gallego, la lengua de estatus bajo. Aunque esta diferencia se va aminorando poco a poco, es cierto que existe un continuum en el que lo más gallego que se despacha se asocia a lo rural, mientras que, cuanto más se aleja uno del campo, más elementos propios del castellano encuentra.
Un ejemplo claro es el grado de nasalización de las vocales, rasgo que el gallego conserva igual que su hermano el portugués (al contrario que el español): mientras menor formación tiene un gallego (y por tanto menor contacto con el castellano), más nasaliza. La nasalización va reduciéndose de forma directamente proporcional al grado de integración en los sectores de la sociedad castellanoparlante.
Es interesante que muchos gallegos no sepan catalogar muchos elementos de su lengua como pertenecientes al español o al gallego, lo que viene a dar apoyo a esta idea de continuum de la que hemos hablado.
A lo largo del siglo XIX y sobre todo tras la muerte de Franco, el gallego ha ganado prestigio hasta el punto de que hay una versión normalizada del gallego (de hecho, versiones), y muchos elementos que antes se consideraban de estatus bajo han sido tomados como alternativa a elementos de estatus alto.
La diglosia en Cataluña, Valencia y Baleares
El concepto de diglosia puede no ser demasiado aplicable a estas zonas, ya que aquí el catalán siempre ha estado muy normalizado y ha gozado de buena salud sociolingüística, por lo que realmente estamos tratando con dos lenguas de estatus alto.
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La diglosia en el País Vasco
De las tres zonas que hemos tratado dentro de España, es aquí donde el concepto más o menos típico de diglosia es más aplicable, a pesar de que el castellano y el vasco tienen nula conexión genética.
En las zonas en las que el vasco y el español son hablados, el hecho de que la alfabetización en vasco sea tan baja se asegura de que esta lengua quede prácticamente relegada a un estatus bajo.
A pesar de ello, hay dos razones por las que la relación de diglosia es complicada:
- los esfuerzos constantes por la alfabetización en vasco (escuela, medios de comunicación, etc.);
- la proporción de hablantes de vasco como lengua de prestigio está en declive.
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¡Buenas! Soy seguidor de esta magnífica página desde hace un año. Es la primera vez que hago un comentario. Quería simplemente decir que no encuentro la falta de corrección política a la que se refiere en la advertencia. ¡Saludos lingüísticos!
¡Me alegro mucho de saber eso, Kevin! La cuestión es que con temas de lenguas cooficiales siempre hay algún ofendido…
Sólo por curiosidad, ¿fue durante el siglo XIX cuando empezó a aumentar el prestigio del gallego?
Quizá se debería también estudiar como diglosia los acentos y variedades del español casi ininteligibles dentro del mismo país. A un canario nos puede costar, a veces, entender a un gaditano, o a un catalán a un gallego incluso hablando la misma lengua…
Aparte de eso, ¿sabes si se ha hecho algún tipo de estudio en la influencia de los medios de comunicación sobre las diferentes variedades del español? Gracias y felicidades por la página!!!
Ransés, en todas las lenguas siempre ha sido así: cuando se empieza a cultivar una literatura en una lengua determinada, esa lengua gana prestigio por «considerarse más lengua», ya que trasciende lo oral para hacer una incursión en lo escrito. Yo no soy especialista ni en literatura ni en gallego, pero sé que Rosalía de Castro es del siglo XIX. ¿Casualidad? 🙂
De los estudios que comentas, tampoco sé nada, ya que es un tema más bien de sociolingüística, aunque desde luego sería interesante. Una búsqueda rápida en Google académico no devuelve nada relevante…
¡Muchas gracias por el comentario! Ojalá te vea por aquí a menudo 🙂
En 1863 comienza el «Rexurdimento» de la lengua gallega con Rosalía de Castro.
La diglosia se da cuando en un lugar se hablan dos lenguas distintas y una de ellas es la que tiene más prestigio. La lengua de mayor prestigio suele ser la oficial en el ámbito político y la de menor, suele ser la lengua social y familiar. No se utiliza el término diglosia para hablar de las diferencias, sobre todo, de pronunciación dentro de una misma lengua.
Y sí, los medios de comunicación favorecen los préstamos léxicos entre las lenguas oficiales.
Aunque el artículo es interesante, sería de agradecer que hubieras especificado a qué te refieres con dialectos en España y que hubieses abordado la polémica existente al respecto.
En este sentido, considero que los ejemplos más claros de diglosia se dan precisamente donde no hay cooficialidad. Soy asturiana y me parece que el caso de Asturias es una muestra muy buena de diglosia, mejor que lo que se da en las comunidades con lenguas cooficiales, donde el prestigio de las dos lenguas es similar.
Si bien no tienes por qué meterte en esos temas controvertidos, de un filólogo clásico y profesor de español espero una alta base científica en su campo. Imagino que muchas personas aprenderán de lingüística en este espacio y por eso creo vital la rigurosidad al tratar asuntos como el uso de los términos dialecto/lengua, bilingüismo/diglosia.
Saludos.