Últimamente oigo y veo a mucha gente emplear la palabra «honestidad», una palabra que hasta hace unos años no había escuchado salvo en contadas ocasiones. Veamos, pues, la diferencia entre «sinceridad» y «honestidad».
Por ejemplo, en las recientes elecciones, vi en mi ciudad que uno de los eslóganes de los candidatos, en su propaganda electoral, era el de «HONESTIDAD». El problema es que, hasta donde me he podido fijar, el empleo de «honestidad» suele ser dudoso, en lugar de «sinceridad» u «honradez».
Es fácil ver que el sustantivo «honestidad» deriva del adjetivo «honesto», y que ambos tienen la misma raíz que el sustantivo «honor». El sufijo ‑to que se añade a la raíz de «honor» no significa, en este caso, otra cosa que ‘el que tiene/practica…’; por tanto, alguien honesto es el que tiene o practica el honor.
Otro ejemplo de esta formación lo tenemos en «justo»: ‘el que tiene o practica la justicia’. Por tanto, la honestidad no es más que la cualidad de los que tienen o practican el honor.
Contenidos del artículo
Diferencia entre «sinceridad» y «honestidad»
Boletín de lenguas para linguófilos
Un correo diario con contenidos e historias filológicas y lingüísticas. No es el típico boletín tostón: a los miles de suscriptores actuales les encanta.
(El artículo que estás leyendo no se cierra: no perderás la posición de lectura, así que apúntate al boletín ahora mismo y enseguida podrás seguir leyendo).
Sabiendo esto, es obvio que el que tiene honor ha de actuar con sinceridad, pero eso no significa que ambas cosas sean equivalentes, sino que una es fruto de la otra: la honestidad englobaría, por así decirlo, la sinceridad, por lo que no creo que deban usarse como sinónimos. Podríamos decir que hay una especie de relación de hiperonimia–hiponimia.
Por poner un ejemplo algo extremo pero muy claro, imaginemos lo siguiente: un asesino le dice a su víctima que la va a matar y, efectivamente, la mata. El asesino ha actuado con total sinceridad, ya que ha cumplido su palabra; pero, desde luego, su acto no es nada honesto.
Achaco, en fin, esta moda al influjo del ¿falso amigo? honesty, que en inglés pasó a adquirir también el significado de sincerity, al considerarse esta última palabra más bien literaria.
Ejemplo de esto es, por ejemplo, aquel ingenioso monólogo de Jack Sparrow en Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra:
I’m dishonest. And a dishonest man you can always trust to be dishonest. Honestly, it’s the honest ones you want to watch out for, because you can never predict when they’re going to do something incredibly… stupid.
… el cual dejo a discreción de los lectores adivinar cómo se tradujo en el doblaje español…
Leyendas medievales 🎙️ el pódcast
Suscríbete gratis en tu plataforma favorita para descargar los nuevos episodios en cuanto se publiquen.
Beowulf, Roncesvalles, Guillermo Tell, Robin Hood…
Morfología de la honestidad y la honradez
«Honestidad» es una palabra que nunca se empleó en el latín de pro (es latín vulgar, según el DLE) y que no es más que un calco semántico del inglés honesty.
Si «honesto» era el adjetivo formado sobre el sustantivo «honor», ¿por qué hace falta crear un nuevo sustantivo sobre el adjetivo que proviene de un sustantivo que expresa lo mismo? ¿No debería bastar el sustantivo «honor» para ahorrarnos la acumulación de sufijos que aportan poco? O, en cualquier caso, si lo de «honor» suena muy gentilhombre, también tenemos el sustantivo «honradez», mucho menos artificioso, a mi parecer.
Historia de la honradez y la honestidad
Ya lo decían algunos magníficos de la lengua, como Salvador de Madariaga, que toma la cintura como límite semántico: de cintura para arriba se usa «honradez» y, de cintura para abajo, «honestidad».
El sustantivo «honestidad», según el CORDE, no aparece en español hasta mediados del siglo XV, siempre haciendo alusión a la castidad, la pureza, el recato, la virtud (sexual), etc., normalmente la de las mujeres.
La palabra en Cervantes (siglo XVII) suele aparecer cerca de su Dulcinea y de palabras como «decoro», y Gracián habla de la «honestidad conjugal». En el siglo XVIII aparece poco, pero también haciendo referencia a vírgenes y doncellas. En el siglo XIX continúa apareciendo cerca de otras palabras como «decoro» y «recato», aunque se ve también referida a hombres y todavía contrasta semánticamente con «honradez».
Es a lo largo del siglo XX cuando vemos la transición semántica de «honestidad»: algunos la usan para referirse a lo de debajo de la cintura; otros, para lo de arriba; otros, como una conveniente nebulosa de vaga rectitud en general.
Los cursos de latín y griego antiguo desde cero incluyen todas las explicaciones gramaticales que puedas necesitar. No es un simple manual de gramática: son contenidos organizados lógica y gradualmente y explicados en vídeo. Lo mejor de los cursos es la enorme cantidad de prácticas graduadas de análisis, traducción, declinación, conjugación, etc. ¡Infórmate!
Si saltamos al CREA (a partir de 1976), vemos que «honestidad» ha fagocitado a «honradez», pues aparece a menudo haciendo referencia a políticos, jueces y todo ese tipo de personas de las que ha de exigirse honradez (y sinceridad), aunque me importa bien poco lo honestos o deshonestos (de cintura para abajo) que sean.
Y en el siglo XXI, la honestidad se iguala a la sinceridad
Histori(et)as de griegos y romanos 🎙️ el pódcast
Breves historias, historietas y anécdotas de griegos y romanos y el mundo clásico y antiguo en general.
La forma más fácil y amena de aprender sobre la Antigüedad clásica.
Una vez que «honestidad» es sinónimo de «honradez», y con la sinergia del honesty ‘sinceridad’ inglés, la palabra —que, personalmente, se me hace algo cacofónica— tiene vía libre para, efectivamente, pasar a hacerse sinónima también de «sinceridad»; y, con ello, nuestro hipotético asesino puede cometer sus atrocidades honestamente con la única condición de que diga la verdad.
En cualquier caso, serán los hablantes del siglo XXI (y sucesivos) los que decidan el previsible triunfo de la palabra con su significado de ‘sinceridad’…
¡Por cierto! Puedes seguir aprendiendo y disfrutando en mi boletín diario: cada día envío un correo donde comparto artículos, recursos, vídeos, pensamientos y reflexiones, todo relacionado con la filología, la lingüística... en fin, todo eso que nos gusta a ti y a mí. Es gratis, pero solo para auténticos linguófilos.