A menudo he visto el uso de «cruento» como sinónimo de «cruel». Desde luego que ambos adjetivos suelen expresar cosas parecidas y hasta se parecen —de hecho, como veremos, tienen una raíz común—, pero no debemos caer en este uso a veces impreciso cuando no incorrecto. Veamos, pues, la diferencia entre «cruel», «cruento», «crudo» y «sangriento».
Todos sabemos qué significa el adjetivo «cruel»: «que se deleita en hacer sufrir o se complace en los padecimientos ajenos» (DLE). Como uso más bien literario, el DLE da también la siguiente acepción: «sangriento, duro, violento. Batalla, golpe cruel».
Quizá cause más problema saber qué significa exactamente «cruento». El DLE remite directamente a la entrada de «sangriento», por lo que podemos decir que «cruento» y «sangriento» son sinónimos; me aventuro a decir que «cruento» es cultismo, y que «sangriento» es la palabra patrimonial y de uso común, aunque lógicamente no son pares de un doblete léxico.
Contenidos del artículo
¿Significan lo mismo?
Vemos, pues, que «cruel» y «cruento» no son sinónimos, aunque a menudo puedan ser equivalentes (recordemos la clásica dicotomía entre «ojear» y «hojear»). Así pues, podemos establecer que en las siguientes frases el adjetivo puede dar matices distintos, aunque con cierta relación:
(1) La tauromaquia es cruel.
(2) La tauromaquia es cruenta.
La oración (1) implica que la tauromaquia es cruel por tratarse de la matanza de un animal inocente sin un objetivo verosímil; la (2), que la tauromaquia es un espectáculo en el que hay sangre.
Boletín de lenguas para linguófilos
Un correo diario con contenidos e historias filológicas y lingüísticas. No es el típico boletín tostón: a los miles de suscriptores actuales les encanta.
(El artículo que estás leyendo no se cierra: no perderás la posición de lectura, así que apúntate al boletín ahora mismo y enseguida podrás seguir leyendo).
En los siguientes ejemplos, veremos que pueden significar cosas muy distintas:
(3) Ser cirujano es un trabajo cruento.
(4) Ser cirujano es un trabajo cruel.
Es lógico, según (3), que un cirujano esté rodeado de sangre en las operaciones. En cambio, (4) carece de sentido, ya que, de hecho, es todo lo contrario a un trabajo cruel.
Por último, un ejemplo en que significan más o menos lo mismo:
(5) Las guerras son cruentas/crueles.
En las guerras siempre hay derramamiento de sangre, y además por sí mismas son crueles.
Etimologías
Ahora entraremos en el terreno etimológico. Tenemos dos raíces:
- la de «sangriento» (obviamente, palabra derivada de «sangre», procedente del latín sanguis, sanguĭnis, concretamente la sangre que hay dentro del cuerpo en condiciones normales)
- la de «cruento» (el adjetivo latino cruentus, ‑a, ‑um deriva del sustantivo cruor, cruōris, concretamente la sangre de las heridas, la coagulada, etc.)
Ambas palabras (sanguis y cruor) tenían esa diferencia de matices en el latín literario (parecida, por cierto, a la diferencia en el inglés entre blood y gore; a pesar de lo verosímil de la suposición, parece que cruor y gore no comparten la misma raíz indoeuropea), cosa que se ve estupendamente en estos dos versos del De rerum natura de Lucrecio:
quod genus e nostro com missus corpore sanguis
emicat exultans alte spargitque cruorem.
Versos difíciles de traducir al castellano, al carecer de semejante distinción. Aquí la propuesta, que no sirve en absoluto para ilustrar nuestro artículo, por ser demasiado libre, de José Marchena:
como nuestra sangre, saliendo de las venas,
salta lejos y de púrpura un chorro al aire esparce.
En cambio, la traducción al inglés de William Ellery Leonard sí salva el escollo:
‘tis thus that blood, discharged from out our bodies,
spurts its jets aloft and spatters gore.
No me resisto tampoco a citar el famoso verso de Horacio, en el que se ve claramente el uso de cruor como la sangre procedente de las heridas:
Aunque, como decía, la distinción se hacía en el latín literario —y, por tanto, podríamos decir, entre la gente culta—, lo cierto es que la gente de a pie simplemente empleaba la palabra sanguis, más general, de donde provienen el español «sangre», el italiano sangue, el francés sang, el rumano sânge, etc.
Leyendas medievales 🎙️ el pódcast
Suscríbete gratis en tu plataforma favorita para descargar los nuevos episodios en cuanto se publiquen.
Beowulf, Roncesvalles, Guillermo Tell, Robin Hood…
Como decíamos al principio, «cruel» y «cruento» tienen la misma raíz. «Cruel» proviene del acusativo latino crudēle (de ahí que el superlativo culto sea «crudelísimo» en lugar del patrimonial «cruelísimo»), que no es más que el que se complace en la sangre (en la cruor), y de ahí es fácil deducir que el que se complace en la sangre es alguien cruel.
Por cierto, que, para acabar, cabe hablar de la colocación «la cruda realidad» y expresiones similares. En efecto, «la cruda realidad» es la forma idiomática de lo que también podría decirse, simplemente, «la cruel realidad», y no es por una ridícula analogía a que algo es cruel igual que es cruel comerse la carne cruda, sino que tiene el significado relacionado con «cruel», como hemos estado viendo, pues comparten también la misma raíz.
Finalmente, y ya termino, el adjetivo «crudo» con el significado de ‘sin cocinar’ no significa más que ‘que aún está sangrante’, y no hay más que pensar en la situación de que nos presentan un chuletón sin cocinar del todo.
¡Por cierto! Puedes seguir aprendiendo y disfrutando en mi boletín diario: cada día envío un correo donde comparto artículos, recursos, vídeos, pensamientos y reflexiones, todo relacionado con la filología, la lingüística... en fin, todo eso que nos gusta a ti y a mí. Es gratis, pero solo para auténticos linguófilos.