Veamos la historia de la confusión, realmente milenaria, entre b y v. ¿Se pronuncian igual o diferente en español? Si se pronuncian igual, ¿por qué se escriben diferente? ¿Es más culto, mejor o mera pedantería distinguir estas dos grafías en la pronunciación (así me lo enseñaron en los dictados de la escuela)?
A estas preguntas y otras relacionadas responderemos al recorrer la historia de las grafías y los sonidos que representaban desde el latín hasta la actualidad, pasando por el castellano de la Edad Media.
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Contenidos del artículo
B y V en latín
Empecemos mencionando que ya en el propio latín hubo confusión entre b y v (o sea, u consonántica).
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Históricamente, cada letra representaba un sonido distinto, pero hay pruebas de que ya en el siglo I (probablemente antes) se confundían b /b/ y v /w/, y eso lo sabemos porque se reflejaba en la escritura de los menos letrados.
Así, si encontramos escrito Berus donde esperábamos Verus, y lo contrario, Vivia donde esperábamos Vibia, eso nos está diciendo que la gente pronunciaba igual los dos sonidos y por eso el lío al escribir para la gente de menor educación: era mera cuestión de memoria ortográfica saber si algo se escribe con b o con v, igual que para los yeístas actuales saber si algo se escribe con ‹y› o ‹ll›, y para los seseantes, con ‹s› o ‹z/c›, y para todos, si con ‹j› o ‹g› o con o sin ‹h›.
En principio, en latín la distribución originaria era la siguiente:
- la letra b para el fonema /b/: amābat [aˈmaːbat]
- la letra v para el fonema /w/: vīvere [ˈwiːweɾe]
Sin embargo, estos dos sonidos empezaron a confluir en lo que podemos considerar un sonido intermedio: [β], que es similar a [b] pero sin llegar a cerrar totalmente los labios en ningún momento. Hablamos de betacismo.
En este punto es buena idea ver este vídeo para ir conociendo la diferencia entre los sonidos [b], [β] y [v]:
Concretamente, esto es lo que pasó a partir del siglo I (o antes):
- la b /b/ latina entre vocales pasó a [β]: amābat [aˈmaːbat] > [aˈmaːβat]
- toda v /w/ latina pasó a [β]:
- amāvit [aˈmaːwit] > [aˈmaːβit]
- vīvere [ˈwiːweɾe] > [ˈβiːβeɾe]
Del latín a las lenguas romances
En las lenguas romances, por lo general, este sonido [β] (viniera de v o b latina) continuó su evolución y llegó a /v/ en posición intervocálica.
Realmente la evolución de /w/ original a /v/ no debería sorprendernos. Es un cambio bastante universal que ocurrió en otras lenguas indoeuropeas.
Así pues, lo que pasó entre el latín y la mayoría de las lenguas romances (ejemplos en italiano) fue:
- toda [β] (proviniera de v o b latina) pasó a /v/:
- amābat [aˈmaːβat] > italiano amava [aˈmava]
- vīvere [ˈβiːβeɾe] > italiano vivere [ˈviveɾe]
- la b /b/ que no había pasado a [β] (no entre vocales) siguió siendo /b/:
- barba [ˈbaɾba] > italiano barba [ˈbaɾba]
En la mayoría de las lenguas romances, pues, la cosa tendió a quedarse ahí: un fonema /b/ que se escribió ‹b›, y otro /v/ que se escribió ‹v›, los dos bien establecidos y diferenciados.
La frasecita de Beati Hispani
Beati Hispani, quibus bibere vivere est.
Afortunados los hispanos, para quienes beber es vivir.
Un tal Julio César
La gracia de la espuria cita es que, con la confusión de b y v, los dos verbos, bibĕre y vivĕre, se pronunciarían igual (incluyendo la sílaba tónica, al contrario que en español).
En términos fonético-matemáticos (!!), el chiste es que, para los hispanos, que han fundido la pronunciación en un solo sonido, [ˈβiβeɾe] ≈ [ˈβiːβeɾe]. (Sin embargo, técnicamente, la i es breve en el primer caso y larga en el segundo, y en principio bibere sería [ˈbiβeɾe], no [ˈβiβeɾe]).
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Es importante recalcar que la cita es espuria, anacrónica, etc.: quizá de Julio César Escalígero, italiano del siglo XV–XVI. En época de los hispanos, toda la Romania debía de pronunciar de forma similar, por lo que la frase no se habría aplicado solo a los hispanos. En cambio, sí es una frase ocurrente y aplicable a los españoles de la época de Escalígero, que pronunciaban ‹b› y ‹v› igual, mientras que los italianos distinguían la pronunciación de ambos grafemas.
Como la frase no tendría sentido en español (beber dista en varias cosas de vivir), supuestamente Escalígero, para hacer la gracia, la construyó en latín, donde, como ya hemos dicho bibĕre [ˈβiβeɾe] ≈ vivĕre [ˈβiːβeɾe].
Sobre la frase y su atribución a Gayo Julio César o, para el caso, cualquier autor latino, en el PHI no hay ninguna coincidencia al buscar beati Hispani; sí hay alguna coincidencia al buscar bibere en las proximidades de vivere, pero naturalmente no hacen ninguna referencia, ni remota, a la esencia de la frase. Por otra parte, no tendría sentido que Julio César, que vivió en el siglo I a. C., hubiera hecho un comentario como ese, si, como hemos dicho, el betacismo no se daría hasta el siglo I d. C.; incluso aceptando que hubiera betacismo en el siglo I a. C., este habría sido común a la Romania y no algo específico del latín hispano.
Evolución castellana
El castellano, sin embargo, mantuvo el fonema /β/ (procedente de b intervocálica y de toda v) sin evolucionar a /v/, y así permaneció durante gran parte de la Edad Media.
Quizá tenga que ver —o quizá no— el hecho de que no existiera el hermano sordo del sonoro [v], el sonido [f] labiodental como lo pronunciamos actualmente —sino que era [ɸ], como si sopláramos una vela, que sí que era el hermano sordo del sonoro [β]—, por lo que no parecería lógico crear un nuevo sonido que no tenía su pareja. En otras lenguas romances, sin embargo, sí que existía la /f/, por lo que la creación de /v/ era esperable. (Esta explicación es verosímil, pero no necesariamente cierta).
Situación medieval
Estamos diciendo que en castellano medieval la b y la v se pronunciaban de forma diferente, y así una palabra como cabe y otra como cave tenían pronunciación diferente —respectivamente, [ˈkabe] y [ˈkaβe]—, mientras que actualmente la pronunciación de «cabe» y «cave» es exactamente la misma: [ˈkaβe].
El inventario para el castellano medieval era el siguiente:
- /β/ (proviniera de b o v latina) entre vocales, normalmente escrita v:
- vīvere > vivir [βiˈβiɾ]
- amābat > amava [aˈmaβa]
- /b/ (proveniente de b latina) en la mayoría de los demás contextos, normalmente escrita b:
- barba > barba [ˈbaɾba]
- bene ↝ bienes [ˈbi̯enes]; pero…
- /β/ (proveniente de v latina) a principio de palabra, normalmente escrita v:
- venis > vienes [ˈβi̯enes]
Además, hay que tener en cuenta este otro origen:
- /b/ (proveniente de p latina) entre vocales:
- capit [ˈkapit] > cabe [ˈkabe]
En resumen, la distribución medieval de b y v era la siguiente:
- /b/ (escrito b) podía venir de…
- p intervocálica (p. ej. caput > cabo)
- b no intervocálica (p. ej. barba > barba)
- /β/ (escrito v) podía venir de…
- v en cualquier contexto (p. ej. vivit > vive)
- b intervocálica (p. ej. debere > dever)
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¿Existió alguna vez el fonema /v/ en español?
La RAE en su Diccionario panhispánico de dudas dice explícitamente:
En el español medieval hay abundantes muestras de confusión entre una y otra grafía, prueba de su confluencia progresiva en la representación indistinta del mismo sonido, confluencia que era ya general en el siglo XVI. La pronunciación de la v como labiodental no ha existido nunca en español.
Diccionario panhispánico de dudas
Autores menos actuales —como Lapesa— parecen indicar que /b/ y /v/ eran dos fonemas distintos hasta el siglo XV, momento en el que la neutralización en solo /b/ (proveniente de las hablas del norte peninsular) se propagó ya a toda la península, pues en el sur de España aún se habría mantenido, en mayor o menor medida, la distinción entre /b/ y /v/.
Por su parte, autores más actuales como Penny o Ariza se inclinan por dar a entender por omisión o por decir explícitamente que no existió /v/ en español, sino que —añado yo— lo que autores más antiguos daban por /v/ era /β/:
[…] creo que no hay ningún ejemplo convincente en que basarnos para certificar la existencia de /v/ en el español medieval; por el contrario, sí hay uno muy significativo: en Serradilla (Cáceres) […] hay también dos bes, una oclusiva /b/ y otra fricativa /β/, las dos bilabiales, que mantienen, todavía hoy, la diferenciación medieval.
Ariza, Fonología y fonética históricas del español
Confusión definitiva de b y v
En la mayor parte de la Edad Media, incluyendo los textos alfonsíes, podemos ver una distinción bastante —pero no totalmente— estable y coherente de b y v según lo que acabamos de ver.
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Sin embargo, ya a finales del periodo —la bibliografía da por seguro el siglo XV, con sospechas incluso del XIV— hay bastantes muestras de que las grafías b y v representaban el mismo fonema, /b/, y que el fonema /β/ ya se había perdido al confluir con /b/.
¿Y cómo se sabe eso, si no hay grabaciones? Por ejemplo, mediante la rima de los poemas. Si hasta entonces ningún poeta habría rimado p. ej. nave con sabe (por terminar en ‑[ˈaβe] y ‑[ˈabe], respectivamente), a finales de la Edad Media sí se encuentran ese tipo de rimas.
Tenemos, por ejemplo, el siguiente ejemplo del sevillano Garci Sánchez de Badajoz (1460-1526):
Vide a Rodrigo Mexia
Garci Sánchez de Badajoz
alli entre todos en medio
quen biuos fuegos ardia
ni tornaua su remedio
ni dexaua su porfia
quera muerto siendo biuo
y siendo libre captiuo
declarando su beuir
y dezia en su dezir
el mal que de vos recibo
es mas que para morir
Por tanto, a finales de la Edad Media tenemos ya la situación actual: ‹b› y ‹v› se pronuncian igual.
Para el Siglo de Oro, pues, ya estaban neutralizados los dos fonemas, como dan a entender incluso los poetas cultos, que ya riman sin reparo cabe con suave, arriba con viva, etc. Un ejemplo es el famoso soneto de Quevedo:
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba…[…]
érase una alquitara pensativa,
Quevedo, «A una nariz»
érase un elefante boca arriba…
A pesar de la total confusión, las grafías b y v se siguieron empleando tal y como se había venido haciendo durante la Edad Media cuando aún representaban dos fonemas distintos por simple tradición.
Buen y abundante ejemplo de todo ello lo encontramos por ejemplo en el pretérito imperfecto de indicativo, cuya b etimológica, lógicamente, siempre iba entre vocales:
- latín amābat /aˈmaːbat/
- medieval amava /aˈmaβa/
- áurico amava /aˈmaba/ [aˈmaβa]
- actual «amaba» /aˈmaba/ [aˈmaβa]
- áurico amava /aˈmaba/ [aˈmaβa]
- medieval amava /aˈmaβa/
Entonces, ¿por qué seguimos escribiendo ‹b› y ‹v›?
Hemos visto que en el Siglo de Oro ya habían dejado de pronunciar distinto —igual que actualmente—, pero seguían manteniendo la ortografía medieval, incluso en casos en los que difiere con la ortografía actual.
Todavía hoy seguimos pronunciando ‹b› y ‹v› igual, a pesar de que hay reglas claras de cuándo se escribe una u otra letra. Esto lo arrastramos de la aparición de la RAE en el siglo XVIII. Decidieron atajar el problema del uso arbitrario e indiscriminado de ‹b› y ‹v›, a veces incluso en una misma palabra: no tenía sentido que se pudiera escribir indistintamente «amaba» y «amava», aunque ambos escritores lo pronunciaran de la misma forma.
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Así pues, el criterio para establecer qué se escribía con ‹b› y qué se escribía con ‹v› no fue otro que el etimológico: lo que en latín se escribía con ‹b› había de escribirse en español con ‹b› (p. ej. amabat > «amaba»), y lo que se escribía con ‹v› en latín, del mismo modo en español (p. ej. ave > «ave»). Las palabras de etimología desconocida, también con ‹b›.
Y ahora la respuesta a la pregunta… Ciertamente, este habría sido el momento perfecto para librarnos de esta cuna de males, pero el prurito academicista, como en otros aspectos, prevaleció.
Algunas palabras que se escaparon
A esta norma escaparon algunas palabras, ya que su uso con ‹b› y ‹v› antietimológica estaba demasiado extendido, y se consideró como la forma correcta:
- ‹b› antietimológica: «abogado» (del latín advocatu), «abuelo» (del latín aviolu), «buitre» (del latín vulture), etc.
- ‹v› antietimológica: «maravilla» (del latín mirabilia), etc.
Un par de dudas frecuentes
Propiamente, hasta aquí llega la parte histórica y de gramática histórica. Sin embargo, no podemos acabar sin plantear un par de preguntas frecuentes y sus respuestas.
¿Y cómo se pronuncian «enviar», «envase», etc.?
Respuesta corta: como si se escribieran *‹embiar›, *‹embase›, etc.
Para entenderlo, hagamos una breve especie de cronología relativa y aun silogismo:
- ‹b› y ‹v› se pronuncian igual: /b/, porque no existe /v/ en español
- antes de p, b siempre va m (herencia ya desde el latín)
- si del paso 1 nos queda e[¿?b]iar y e[¿?b]ase, con el paso 2 tenemos que la ‹n› ortográfica/etimológica se lee [m]: e[mb]iar y e[mb]ase
Como tantas otras veces, las faltas de ortografía nos dan pistas de la pronunciación real y cómo la ortografía se aleja en ocasiones de ella en pro del respeto a la etimología. Aunque quizá no es tan frecuente encontrar *‹embiar›, pues es un verbo que vemos escrito cada día, sí se ven más casos como *‹embase›.
Si nos vamos a finales del siglo XV, en el que no se enviaban cientos de mensajitos virtuales cada día, nos encontramos con esto del humanista Luis de Lucena:
Venus, llamada Hericina, embía a su hijo que ande vagando por el mundo e él, bolando por el cielo, embía las saetas muy rezias con mano tierna.
Luis de Lucena, Repetición de amores
Posiblemente los errores ortográficos en estos casos tengan que ver con la falta de conciencia etimológica. Pocos serán los que escriban mal «invisible», pues claramente es ‘no visible’ y cualquiera sabe que «visible» se escribe con ‹v›. En cambio, pocos serán los que se den cuenta de que «enviar» procede de in‑viare ‘poner algo en camino (en vía)’ y aun que «envase» está relacionado con ‘poner en un (tipo de) vaso’.
¡Pero yo oigo la diferencia entre b y v!
Permíteme que sea directo: no, no la oyes. Crees que la oyes, pero no. Y, además, seguro que también crees que la pronuncias: no, no la pronuncias. A menos que seas un maestro de los 60, un cantante con malos instructores o un extranjero con malos profesores de ELE, pronuncias b y v exactamente igual.
Es cierto —aunque otro tema— que ‹b› y ‹v› = /b/ y que, a su vez y sobre todo, /b/ puede pronunciarse [b] y [β] (este último sonido más parecido perceptivamente a [v] que a [b]) según el contexto. Es cuestión más o menos compleja que explico en mi curso de fonética y fonología del español, pero el esquema-resumen es este:
- las letras ‹b› y ‹v› representan un único fonema, /b/ (no existe /v/ en español)
- el fonema /b/ puede realizarse de dos formas, según el contexto:
- [b] solo después de pausa o de /m/:
- «ambos»
- «enviar»
- [β] en todos los demás contextos:
- «debajo»
- «abril»
- «avalar»
- «desviar»
- [b] solo después de pausa o de /m/:
- el fonema /b/ puede realizarse de dos formas, según el contexto:
Es decir, /b/ (escríbase ‹b› o ‹v›) puede pronunciarse de dos formas, pero esto depende del contexto fónico, no de la letra con que se escribe. (Sí: llevo varios párrafos diciendo lo mismo de diversas formas). Si no te aclaras con la cuestión de fonemas y alófonos, lo explico en este vídeo:
Variantes alofónicas en español
Ya vimos al principio que [β] es perceptivamente —es decir, a los oídos— más parecido a [v] que a [b]. Es esta la razón por la que muchos extranjeros aseguran que ellos sí oyen la diferencia entre b y v. Lo que realmente oyen son los diferentes alófonos de /b/, pero, como digo por miriadésima vez ya, esto depende del contexto fónico y nunca de la ortografía.
Como decía, este tema lo explico con toda la profundidad necesaria en mi curso de fonética y fonología del español, concretamente en la cuarta y quinta clases, que tratan sobre los alófonos del español.
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Para terminar ya con esto, quiero hacer una última aclaración: no hablas mejor ni más correctamente por pronunciar /v/. ¡Más bien al contrario! Estás pronunciando un fonema inexistente en español. Es como pretender aspirar la ‹h› porque si se escribe será que hay que pronunciarla.
De hecho, te reto: ¿sabrías distinguir boys y voice de la boca de nativos anglófonos? Probablemente sufras de sordera fonológica.
Conclusión y últimas palabras
A lo largo de este artículo hemos expuesto toda la historia de la evolución del único fonema español /b/, representado ortográficamente como ‹b› y ‹v›; la distribución ortográfica actual es puramente etimológica y no tiene nada que ver con la pronunciación.
Sin embargo, ya hemos visto que no siempre fue así y que durante muchos siglos ‹b› representaba un fonema diferente al que representaba ‹v›. Prácticamente todo parece indicar que ‹v› no representaba /v/, sino /β/. Así lo debían de hacer, muy prototípicamente, en época alfonsí.
Por último, un par de breves aclaraciones:
- En todo momento empleo el símbolo β para la fricativa/aproximante bilabial sonora. En latín y durante la Edad Media debía de tratarse de una fricativa, mientras que en actualmente es una aproximante y por tanto debería transcribirse más correctamente como [β̞], cosa que no hago a lo largo del artículo por simple comodidad, que no creo que obstaculice ni confunda nada.
- La otra se me ha olvidado mientras escribía la primera… Si vuelves en unos días quizá esté.
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